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La Calle Real de Collado Villalba suma seis cierres de comercios solo en enero: «este pueblo es una ruina»

Collado Villalba ha vivido un enero negro para su comercio local. La Calle Real, principal eje comercial del municipio, ha perdido seis establecimientos en solo un mes, según un reportaje publicado este lunes por el periódico local La Voz de la Sierra. Los cierres de la perfumería Silver Moon, la tienda de moda Mi Fa, el restaurante Al Punto, la tienda de CBD Greenery Villalba, la barbería Ma&Lu Barber Shop y la zapatería Infinity —esta última en los alrededores— han dejado un paisaje de escaparates vacíos y carteles de «Se alquila» en el centro.

Según publica el citado medio, los comerciantes apuntan a una combinación de factores: impuestos municipales «asfixiantes», ausencia de ayudas públicas, inseguridad y la falta de aparcamiento. Patricia Igual, propietaria de Greenery Villalba, resume el sentir del sector: «estuvimos valorando la posibilidad de ir a otra zona de Villalba, pero es que, sinceramente, después de valorarlo y visitarlo, casi todas las zonas están igual de abandonadas y, bueno, pues la palabra es un poco eso, decadente y dejadas por parte del ayuntamiento y los servicios que lo acompañan».

El traslado del mercadillo desde la céntrica Plaza de los Belgas al polígono industrial P-29, según varios afectados, ha reducido drásticamente la afluencia al casco urbano. «Ya no viene gente de fuera. Los pequeños comercios éramos quienes sosteníamos el pueblo», lamenta Yolanda, dueña de la zapatería Infinity, que también ha cerrado.

Inseguridad y falta de vida en el centro
La criminalidad creciente ahonda el problema. «No nos sentimos seguros», coinciden los comerciantes, que critican la falta de medidas para reactivar el centro. Mientras, la concejala de Desarrollo Local, Comercio y Turismo, Estela Mosquera, defendió en declaraciones recogidas por el medio serrano el «dinamismo» del sector y aseguró que este se verá «impulsado» en 2025.

El artículo original describe una Calle Real «prácticamente vacía», con negocios que sobreviven con clientelas reducidas y un silencio que contrasta con el bullicio de antaño. «Es una pena cómo está el pueblo», insiste Yolanda, mientras los datos apuntan a una sangría que no cesa: el cierre de Intagas —ahora con solo una sucursal en el polígono— suma otro eslabón a la cadena.

Así, el comercio local lucha por subsistir frente a la competencia online, los grandes centros comerciales y las políticas públicas que, según los afectados, priorizan otras zonas. Mientras, Collado Villalba se pregunta si su centro logrará recuperar el pulso o si, como temen muchos, la Calle Real será un erial abandonado por el Ayuntamiento y su Gobierno.

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